La impresión 3D se ha convertido en una de las tecnologías con más potencialidades para catalizar el proceso de digitalización que afronta la industria.
Quizás no sea determinante en la fabricación de las piezas de mayor tamaño con geometría sencilla ni en aquellas que se producen a gran escala, pero sí está llamada a jugar un papel crucial en las fases más complejas de la cadena de producción donde se necesita precisión y reducción de tiempo del producción, e incluso, del peso de los materiales.
La startup española Windforce emerge en este contexto como una aliada en su camino hacia la digitalización no solo de la industria, sino de muchos otros sectores que en los últimos años han ido incorporando la impresión 3D como parte de su proceso productivo y de creación. La compañía acaba de dar un salto cualitativo a su proyecto al haber entrado a formar parte de DFactory Barcelona, iniciativa liderada por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona cuyo objetivo es el fomento y el desarrollo de la industria 4.0.
«Aquí hay no solo un material y equipos de última generación, sino también un conocimiento acumulado muy grande que nos va a ayudar a sacar adelante proyectos muy interesantes e innovadores que nos planteen los clientes», explica Luis Christophe, general manager & head of sales en Windforce.
«Básicamente, posibilitan a las empresas hacer un test before you invest, reduciendo sobremanera los riesgos inherentes a la implementación de nuevas tecnologías en un entorno industrial», añade Christophe.
Windforce echó a andar en septiembre de 2021, cuando un grupo de inversores internacionales advirtió el potencial de la impresión 3D como una gran oportunidad de inversión en el contexto de transformación digital que había pisado el acelerador con la pandemia.
«El sector de la impresión 3D prevé un crecimiento del 20% al año. Si a este dato, le añadimos la experiencia previas en otros negocios de 3D y startups y un equipo de profesionales en expansión, creemos que tenemos la fórmula del éxito», afirma Luis Christophe.
En el caso concreto de la Industria 4.0, Windforce es capaz de sumar nuevas capacidades a la transformación digital, como la agilidad, producciones de tiradas más cortas, producción local, ahorro de tiempo y costes, y aligerar el peso de materiales, entre otras funcionalidades.
Entre sus principales casos de éxito, se encuentran piezas para uno de los coches eléctricos de la Fórmula 1 del futuro, moldes para fabricar determinadas piezas de los nanosatélites que están construyendo la conectividad del futuro, más democrática y accesible para todo el mundo, e incluso, su tecnología permite fabricar piezas muy concretas y específicas para la personalización de barcos.