Daniel Iturria y Silvina Ibarra es una pareja de invidentes que se encontraban cerca de tener una hija.
Como cualquier otra pareja, Daniel y Silvina se sometieron a controles posteriores para conocer el estado de salud de su bebé, pero, tanto para ella por ceguera de nacimiento como para él por pérdida total de visión en la infancia, es imposible porque siguiendo el desarrollo del feto y su crecimiento en las imágenes de las pantallas.
“Hace 20 años que hago ecografías y de vez en cuando nos toca una pareja de ciegos. Lo que suelen querer es escuchar un poco más el corazón para unirnos mejor y a veces también ajustamos la pantalla. También los guiamos con nuestras manos para que se toquen a través del monitor, la cara, la frente, el mentón”. Explicó Infobae Mario Pelizzari, médico responsable del área de ecopediatría del Instituto Oulton de Córdoba e integrante del equipo que atendió a Daniele y Silvia. “También informamos todo lo que vemos para que puedan encajar. Les decimos cómo es su cara, en qué posición están, si mueven una mano”.
“Ahora que está disponible esta tecnología de impresión 3D, una empresa se ofreció a comercializar impresiones para padres que querían llevarse el recuerdo a casa. Imprimiendo las caritas en rosa si es niña, o en azul si es niño”, cuenta la doctora. «Me pareció muy comercial, no le vi ningún sentido. Pero seguí dándole vueltas a la idea de los casos ciegos».
Así fue como, ante la creciente dificultad de transmitir exactamente lo que pasaba en pantalla a los padres o la aparición de su futura hija, el equipo de seis profesionales hizo la inédita propuesta a la pareja. «Cuando hicimos la ecografía en la semana 18, les preguntamos si les interesaba tener la cara del bebé en una impresión 3D para poder verla a través de sus manos. Dijeron que sí y cuando regresaron en la semana 29 para la ecografía 5D, que es de alta resolución, tomamos varias imágenes y las guardamos en un formato especial”, dijo Pelizzari.
“Cuando la ecografía nos habló de esta posibilidad, nos pareció una gran idea, nos emocionó verlo”, comentó Daniel.
El médico más joven del equipo, Ricardo Ledesma, tomó la iniciativa. Sabiendo que hacer este tipo de impresiones en general puede ser muy caro, el médico residente fue a una imprenta a la vuelta de la esquina del centro médico con una memoria USB con fotos de la cara del niño y pidió presupuesto para el trabajo. Cuando el dueño de la tienda, supo de qué se trataba y el propósito de la impresión, se emocionó y se negó a cobrarles.
Cuando la impresión, del tamaño de la palma de una mano, estuvo lista, los médicos llamaron a Daniel y Silvina para que por fin pudieran ver a Malena, su futura hija, a través del tacto.
“Tuvimos una gran experiencia con la ecografía. Ricardo fue muy descriptivo, nos contó todos los movimientos y caras que hacía el bebé 5D. Pero solo lo conocimos a través de los latidos del corazón y la historia de los médicos”, explicó Silvina. “No podíamos dejar de imaginar cómo sería tocar su cara, cómo sería realmente. Teníamos muchas ganas y cumplió con todas nuestras expectativas, lo disfrutamos mucho”.
«En el momento en que le tocamos la cara a los dos nos encantó, pero estábamos frente a los médicos, así que esperamos hasta llegar a casa para calmarlo entre los dos», agregó Daniel. «Pudimos hacernos una idea de cómo se ve el bebé, comparándolo con nuestra barbilla, con nuestra nariz. Fue una gran experiencia».
Aunque Daniel y Silvina pensaron que el emotivo gesto y su experiencia se mantendrían en privado, cuando comenzó a tener impacto, ambos decidieron prestarse a su difusión, para que otras parejas de ciegos pudieran escuchar la historia.
“No sabíamos que existía”, dijo Silvina. “Pero estamos muy agradecidos con los médicos y el dueño de la prensa por su acto desinteresado. Nos llena de placer compartirlo y dar a conocer a todos las maravillosas posibilidades que abre la tecnología en medio de tanto mal.»
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