Luciana Salvá y Melisa Baldi integran Del bit al átomo, un estudio creativo fusiona el lenguaje de las artes visuales y tecnología de impresión 3D. Las tareas son esencialmente dos: acompañar artistas contemporáneos y fabricar art toys. Acompáñanos a ver esta obra de arte en 3D.
“Una cosa es el servicio de impresión 3D, en el que cualquier persona puede tener una necesidad y se diseña, modela e imprime una pieza específica para esa necesidad”, “pero nuestra sociedad y la creación de Del bit al átomo tiene que ver con entender la lógica de un proceso creativo y poner a su servicio todas las ventajas o herramientas que aporta el modelado digital y la impresión 3D para el desarrollo del proyecto artístico”.
Al estudio de Salvá y Baldi acuden artistas de distinto tipo. Melisa Baldi, explica que hay quienes, a partir de una idea inicial, se los acompaña en el proceso creativo. Y se llevan un objeto físico, una pieza que tiene una visualidad y una materialidad. Otros, en cambio, quieren explorar. “Llegan a una pieza que después quieren mandar a fundición, o quieren intervenirla de una manera específica, o no la materializan en Argentina y se la llevan a otro lugar del mundo”. Añade Salvá. Melisa Baldi, es una de las responsables junto a Luciana Salvá, del estudio creativo Del bit al átomo. En donde se fusiona el lenguaje de las artes visuales y la tecnología de impresión 3D
Artistas contemporáneos acuden a la impresión 3D por la gama de posibilidades que ofrece.
La principal característica es que ellos pueden visualizar de forma virtual lo que se va a materializar, rotarlo, hacer correcciones, y luego pasar a la etapa de impresión. En cambio, en la elaboración tradicional es difícil ver el resultado previamente. “En el caso de la artista Victoria Papagni, por ejemplo, su obra se basa en el escaneo de su cabeza, un escaneo digital que luego se imprimió en 3D”
En el mundo del arte, la impresión 3D tiene también otros usos. Salvá explica que el estudio participó de otro tipo de procesos, con un equipo interdisciplinar, como el traslado de monumentos. Había que evaluar los cortes necesarios y la logística y cálculos de peso para trasladar los monumentos de Cristóbal Colón y Juana Azurduy. “En ese caso, se hizo un escaneo digital del monumento, se trabajó en la malla poligonal, se imprimió una maqueta y sobre ella se evaluaron los cortes; después intervino otro equipo técnico con el que se calculó el peso de las piezas y la cantidad de cortes necesarios”.
Tanto en el sector artístico como en el medicinal y el industrial, las posibilidades son enormes y muy variadas. La cantidad de ejemplos de distintas áreas y con distintas utilidades en las que se puede aplicar la impresión 3D es indicio de que, lejos de agotarse, esto recién empieza.
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